Según un sociólogo, la consecuencia de la baja natalidad en Chile —que alcanzó un mínimo histórico— puede traducirse en “una sociedad vieja, dogmática, conservadora, que duda más del cambio”.
—Con menos nacimientos, vamos a tener una sociedad cada vez más vieja y esto tiene efectos no solo en la dimensión sanitaria de la sociedad, sino también con la productividad y la innovación. Lo que se pone en tela de juicio con una sociedad vieja es la renovación —explica Castillo.
Es decir, una sociedad vieja que carece de juventud es más dogmática, conservadora, duda más del cambio y está menos estimulada para hacer ensayos y errores sociales, culturales y estéticos.
—Los cambios paradigmáticos están muy asociados a la juventud por distintos motivos, incluso filosóficos. Lo que podríamos tener es una sociedad relativamente paralizada, estática, técnica y conservadora. Ese es el riesgo desde el punto de vista de la sociología